De pronto estoy en la tierra mas desconocida que alguna vez pude estar donde se habla un lenguaje que no puedo descifrar, que me suena a pesadilla, a ruido, a un burdo zumbido interminable que me deja pensar menos aun. Atontada, confundida, tambaleando trato de caminar sin tropezar y de ver a travez de la niebla que es tan espesa que la siento sobre mi piel.
Y tengo miedo de que suene la misma cancion de postludio y le de fin a la luz sobreviviente que aun brilla en mi y a veces quema, lastima, duele. No quiero detenerme, porque se que todo puede terminar aplastandome si no me muevo. Pero me siento tentada de huir, escapar, cuando debo de enfrentarlo todo de una vez.
Enfrentar que? si ni yo entiendo lo que sucedio. No se ni a donde quiero ir o no quiero ir. No comprendo nada aun escarbe mas y mas en mi alma. Tu, como si nada, a pesar de que te haya hecho escuchar el postludio anterior solo quieres tenerme cerca, me quieres contigo, crees que eso es querer, cuando en realidad eso es querer matarme.
No intentes mas. Estoy perdida, confundida y a punto de derrumbar todo lo que intente construir sobre tierra firme por tanto tiempo. El cielo se oscurece, el reloj parece que me va a comer y yo espero simplemente que todo vuelva a tener sentido, que se pudiera retroceder el tiempo, que mis lagrimas solo fueran lagrimas y no pedazos de recuerdos que recorren mi rostro cual trozos de vidrio y sacan pedazos de mi vida.
Dudo coincidir contigo, aunque lo he dudado mucho, aunque a veces me da ganas de volver a actuar en la obra de aquel cuadro colgado en la calle 23. No se nada, sigo perdida y asi me quedare al menos que notes el riesgo que este ahora desconocido mundo corre luego de que me dijeras si era capaz de lanzarme al acantilado junto contigo y saltamos.
Si lo leyeras sabrias que va para ti.
